Nazaret Garrido narraba, con la sonrisa del que ya es funcionario, la angustia que vivió durante los días previos a la gran noticia de la plaza. «Desde que hice la segunda parte del examen fue muy duro. Revivía continuamente la presentación. No dije esto, no dije lo otro, me pusieron esta cara, me hicieron aquel gesto. Pensaba que se me iba la cabeza; gracias a Dios he estado muy entretenida desde que terminé el examen, pero ese run run no ha parado. Sé que ha habido gente que le ha pasado igual en el primer examen…»

Un run run con final feliz

Al final, todo fue para bien. Con un 6,83 ha conseguido cumplir su sueño: tener una plaza como docente, su verdadera vocación. «Estudié Arquitectura porque era una de esas carreras que había que hacer cuando eres buena estudiante, pero mi vocación era ser docente. Siempre he ayudado a mis compañeros, las Matemáticas me encantan. Cuando acabé la carrera en plena crisis, en 2008, comencé a empalmar becas por Europa. Me vi con casi 30 años sin cotizar casi ni un día. Al final, tras años preparándome por otras vías, en julio de 2020 decidí apuntarme a Tecnoszubia y prepararme las oposiciones para organizarme bien».

Y su llegada a la academia resultó clave. «Tengo clarísimo que si no fuera por mis preparadores no apruebo. Eso se lo transmito a mis amigos matemáticos que están en proceso de opositar. Es una energía la que te transmiten y una ayuda de cara al examen… hace 7 años, cuando me presenté, era muy novata, este año la cosa ha cambiado».

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