El sueño -cumplido- de una vida más fácil: «Hubo un momento en que pensé: tengo que cambiar»

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Categoría: Historias

A algunos la noticia les llega, parece, envueltos en el intenso esfuerzo inherente al proceso, sin darse cuenta de lo que han conseguido. Otros lo han visualizado tanto que narran, con detalle, cómo se ven de aquí a un año. Hay de todo entre los más de 1.200 nuevos funcionarios docentes con plaza que han salido este año de las aulas de Tecnoszubia.

El armario de Eva

La historia de Eva Gutiérrez, con plaza por la especialidad de F.O.L, llama la atención desde el primer momento. Su manera de celebrar la plaza es especial. Sencilla y serena, nos cuenta el momento exacto en el que decidió que tenía que opositar. «Yo estaba trabajando en la empresa privada. Terminó el verano; cogí la ropa de verano para guardarla ya para el invierno. Y me di cuenta de que casi no había utilizado ropa de verano de salir a la calle, sólo la de trabajar. La ropa de salir a la calle y de disfrutar, no la había usado. Ahí dije: no tengo vida. Tengo que cambiar de trabajo».

Eso fue hace siete años. A partir de ahí, estos fueron sus pasos: primero fue el máster del profesorado, nos cuenta, y después entrar en bolsa, dejar la empresa privada y comenzar como docente interina. Paralelamente, comenzó a opositar en Tecnoszubia. Fue la semilla de todo lo que vendría después. «Ahí comencé a ver el fruto; llevo cinco años trabajando de esto, que me encanta, y muy feliz». Una felicidad trabajando de su vocación que ahora, con la plaza, le va a durar para siempre. «Ahora me voy de rebajas porque me falta ropa para todos los días. Me tiro a la calle y no vuelvo», concluye, bromeando.

Echar raíces, una necesidad para Francisco Jesús

Francisco Jesús, con plaza recién conseguida por la especialidad de Informática, tenía asuntos pendientes que, a cualquiera que esté en la treintena y en una situación de precariedad laboral, seguro que le suenan. «A todos nos gusta viajar, nos gusta cambiar de sitio, yo como interino llevo solo tres años, pero sí que es cierto que cada año he ido variando de ciudades; y aunque al principio gusta, llega un punto en el cual uno tiene ganas de establecer lazos con una ciudad, echar raíces».

Algo necesario para avanzar, por supuesto, en todos los sentidos. «Sacar una plaza y decir: estoy en una ciudad que a mí me gusta y poder echar raíces raíces me permite poder plantearme formalizar un poco más la relación con mi pareja y dar un paso más hacia adelante; te cambia la vida realmente», reconoce.

Tiempo para Mónica

La plaza en la especialidad de Economía para Mónica Morales (Con un 7,02, 5º mejor nota de su tribunal) es el final de un camino que empezó cuando ella era pequeña. «Desde muy pequeñita estoy dando clases particulares para niños, desde que termine la carrera. Siempre me gustó la enseñanza», recuerda.

La noticia le llegaba tras años de preparación en los que, reconoce, nunca tuvo tiempo para ella. «Estoy un poco asimilándolo; he luchado mucho tiempo por la plaza. Algo que tengo muy claro es que me voy a dedicar a mí, algo que antes no podía hacer. Me sentía mal cuando tenía tiempo libre. Ahora quiero formar una familia».

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