Sabemos que tienes estos miedos, pero también que puedes vencerlos: cómo calmar los nervios antes -y durante- la exposición oral
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En la semana previa a la exposición oral de unas oposiciones, se dan todos los ingredientes para que la incertidumbre y la ansiedad se apoderen, en algunos momentos, de nosotros. Es un periodo difícil para el aspirante, pero es completamente normal: si sientes miedo, si tienes nervios, si tu mente te cuenta historias de terror, es que estás vivo y te sientes con opciones de aprobar. Eres humano y te estás enfrentando, con emoción, a uno de los momentos clave de tu vida.
¡Vamos a ayudarte a enfrentarte y relativizar cada uno de estos miedos!
«Que se me pase el tiempo»
No es un miedo irracional, al contrario: es un punto que debes plantearte y sabemos que ya lo has hecho, pues es uno de los asuntos críticos y donde, somos conscientes, suelen tropezar algunos aspirantes. Nuestra recomendación, por un lado, es que no pierdas de vista que primero tienes que cubrir los estándares, los criterios de actuación; después, añade referencias y, si te da tiempo, gústate. Establece prioridades y no dejes que el detalle le quite tiempo a lo importante.
Por supuesto, no olvides en lo esencial que es que te cronometres y que mantengas un ritmo alto en tu discurso. Recuerda que, cuando estamos nerviosos, tendemos a hablar muy rápido o muy lento: pon el foco en esto en tus últimos ensayos.
«Que me me dejen fuera de juego con las preguntas«
Que no puedas estar a la altura del debate que proponga el tribunal es un miedo habitual. Debemos decirte que no necesariamente van a ir a pillarte y que aquí, tu mejor aliado, es tu pasión por tu propia exposición. Si de verdad estás orgulloso de ella, si te has dejado asesorar por nuestros preparadores, vas a exponer un contenido de calidad: céntrate en comunicar bien las ideas y no en quedar bien o en transmitir una seguridad que, si no tienes, no importa: el tribunal lo va a entender.
Un último consejo: no te obsesiones con cada palabra. Sian Beilock, psicóloga y autora de Choke: What the Secrets of the Brain Reveal About Getting It Right When You Have To, cuenta lo siguiente: “Se ha demostrado que, para dejar de controlar cada palabra, conviene pensar en algo a un nivel superior. En golf, hablan del pensamiento del swing, un mantra que resume todo el golpeo. Cuando hables en público e intentes hacerte entender, piensa en las tres ideas clave que quieres transmitir. ¿Cuáles son esas tres ideas?”
«Que me quede en blanco«
Quedarse en blanco es una idea apocalíptica: puede ocurrir, pero si ocurre… no pasa nada. En conversaciones con nuestros alumnos, es habitual que nos cuenten que ha habido momentos en los que se quedaron en blanco; será entonces el momento de echar un vistazo a los documentos de apoyo que llevemos. Como es algo puntual, el tribunal lo va a entender.
Para evitarlo, y teniendo en cuenta que quedarse en blanco es el fruto de niveles altos de ansiedad, volvemos a recomendarte el antiestrés por excelencia: el ejercicio. El ejercicio te depura a nivel emocional: está demostrado que reduce el estrés. Así, el día o días antes del examen no lo dudes: ¡muévete!
«Aburrir al tribunal»
¡No vas a aburrir al tribunal! Tu preparador está al tanto de tu exposición y te ha dado los consejos clave para que lleves algo lo suficientemente bueno como para mantener su interés. Como decíamos en puntos anteriores, si estás orgulloso de tu exposición, la entiendes y te aseguras de que se entienda, lo tienes todo para enamorar al tribunal.
En este punto -y aplicable a los anteriores-, te recomendamos que practiques las afirmaciones positivas: es hora de que te mimes y te digas a ti mismo, en determinados momentos, todo lo bueno que tienes como opositor y como docente. ¡Escucha el podcast que te enlazamos y practícalo!
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