Cristina Garrido llega a la entrevista y recuerda, en primer lugar, las lágrimas de su madre y la incredulidad de su padre tras conocer que iba a terminar dedicándose como funcionaria a lo que siempre había querido. «Yo tenía claro que quería ser profesora. Me especialicé en Francés; ya que tenía un idioma, quería tener dos. Mi padre me dijo que iban a salir bastantes plazas y dije bueno, en un año no es mucho tiempo, pero por qué no: imagínate que saco la plaza».
Hoy, Cristina es maestra con plaza gracias a su 9,1 en el examen de oposición.
Su experiencia en la academia
Para Cristina, haberse preparado en Tecnoszubia es «imprescindible» para cosechar los resultados que ha tenido. Sobre los materiales y los preparadores, esta nueva maestra con plaza piensa que son «geniales». «Los casos prácticos, los temas…ellos te dan un resumen. Te corrigen todo y te ayudan a todo. Los preparadores de Francés son tan especiales y diferentes…Manolo tan cercano, maravillosos, con mucho tacto. Transmite mucho. Luego está Juana, que transmite un montón, pero es otro ‘rollo’: si te tiene que decir que algo está fatal, te lo dice.
A Juana, preparadora de la especialidad, la cita, precisamente, como protagonista al contar la anécdota que le hizo ver que una plaza sería suya. «El teórico, la primera parte, lo había terminado, vine aquí, expuse con Juana y Manolo: ¡me dieron tres citas, para que siguiera exponiendo!…y me dieron la enhorabuena. Juana, en otras ocasiones, me decía que era un caso a la hora de exponer, pero ese día vi en la cara de Juana algo diferente; sabía lo había hecho muy bien. Ahí supe que la plaza iba a ser mía».
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